Los ajustes negativos sobre la superficie implantada con trigo y un rinde nacional golpeado por la seca, configuran el volumen estimado para la producción nacional del cereal.
Según reportó la Guía Estratégica para el Agro, el impacto del clima seco, que se extendió en el centro y norte del país, fue parcialmente contrarrestado por las sobresalientes condiciones de los trigos del sudeste bonaerense.
Es en esta última zona donde se produjeron recortes de área, respecto del anterior informe, por 200.000 ha. Anteriormente se consideraba un potencial de siembra de 3,8 millones de ha para todo el país, pero en este reporte se considera que el área total habría alcanzado a 3,54 millones de ha con trigo. Aunque la zona del sudeste bonaerense, triguera por excelencia, logre concretar rindes records, la caída de superficie destinada al cereal es sustancial. Con relación a un hectareaje promedio histórico, de 1,5 millones de ha, la reducción del 57% termina impactando severamente sobre el volumen nacional.
«Es destacable el clima benevolente sobre los trigales de la provincia de Buenos Aires, que ha logrado dotar de condiciones muy buenas a excelentes a gran parte de los lotes. Hubo zonas que recibieron menos precipitaciones, como el noroeste, y otras que resultaron especialmente beneficiadas por las lluvias, como el sur. Se esperar lograr, como media provincial, un rinde de 32,5 qq/ha. Contrasta gravemente el área cordobesa, que apenas se alzaría con una marca provincial de 20,4 quintales y Santa Fe, también complicada por la falta de agua, que lograría 21,6 qq/ha. La capacidad productiva de trigo se ha visto diezmada en el norte del país. Se cultivó menos de la mitad del área del año pasado y se proyectan rindes entorno a los 12 quintales» indica el GEA.
La estimación de superficie sembrada con maíz 2013/2014 señala un retroceso interanual del 12%, ubicándose en 3,87 millones de hectáreas.
Trigo 2013/2014
El GEA realizó un ajuste a la baja en la cifra de la superficie destinada a trigo 2013/2014, con respecto a la anterior estimación, recorte equivalente a un 7% y que deja el área en 3,54 millones ha. Gran parte de la caída obedeció a que no lograron concretarse las intenciones de siembra iniciales.
Los ajustes más importantes se hicieron sobre la provincia de Buenos Aires, con una disminución del área del 9%, para quedar en 1,94 millones de hectáreas, cayendo el grueso del recorte en el sudeste bonaerense. Aunque con una superficie de relativa importancia en el número global, la otra gran caída se produjo en provincias extra-pampeanas, principalmente Santiago del Estero y Chaco. El conjunto de estas provincias tendría una superficie triguera de 250 mil hectáreas, ajustando un 17% por debajo de lo calculado en el informe previo.
Ahora bien, en términos interanuales el área triguera habría crecido un 4% a escala nacional, siendo la principal característica el que casi todas las provincias pampeanas registraron un incremento de 10% a 20%. Las provincias del noreste y noroeste son las que habrían exhibido la mayor pérdida de superficie de ciclo a ciclo –casi un 54%-, obedeciendo, en parte, a un ajuste de los planes de siembra de los productores y, en gran parte, a condiciones climáticas desfavorables durante el tiempo óptimo de implantación.
La falta de precipitaciones durante septiembre y, críticamente, octubre contribuyó para un escenario de pérdida de lotes y disminución de rendimientos, particularmente en el centro y en el norte de la región triguera.
Los lotes que no entrarían a cosecha podrían sumar aproximadamente 190.000 hectáreas, considerando que aún con rindes muy bajos se emprendieron las labores de recolección de los trigos primicia aprovechando la coyuntura de precios sumamente favorables. Esta situación se atestiguó mayormente en el norte argentino.
El rinde promedio nacional es similar al de la campaña pasada, ajustándose a 27,2 quintales por hectárea. El impacto de las condiciones ambientales desfavorables sobre el centro y el norte triguero argentino se vería parcialmente compensado con las buenas proyecciones de productividad unitaria en la provincia de Buenos Aires, pero particularmente el sur bonaerense. De esta manera queda configurada una producción de 9,1 millones de toneladas para la campaña triguera 2013/14.
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