La Armada no descarta ninguna hipótesis, pero la resignación crece entre los familiares de los 44 tripulantes del submarino. En el rastrillaje se utilizan drones acuáticos de la Armada de los Estados Unidos.
«Explosión» y «no sabemos donde está» fueron las palabras que marcaron una jornada de creciente incertidumbre y dramatismo en torno a la expectativa por la situación de los 44 tripulantes del submarino ARA San Juan.
La información que brindó la Armada este miércoles fue percibida con preocupación y angustia por parte de los familiares de la dotación de la nave, ya que se confirmó un «evento anómalo, singular, corto, violento y no nuclear consistente con una explosión» ocurrido el miércoles 15 de noviembre a las 10:51. Se trata de la «anomalía hidroacústica» que el vocero de la Armada, Enrique Balbi, había mencionado un día antes.
El dato surgió a raíz del informe que elaboró el embajador argentino en Austria, Rafael Grossi, con datos del organismo que monitorea ensayos nucleares en todo el mundo. Ese ente tiene acceso a un sistema que controla las explosiones ya sea sobre la superficie terrestre, en la atmósfera, bajo el agua o bajo tierra en todo el mundo.
Atento a la angustia y los rumores que se generaron a partir del nuevo panorama, Balbi aclaró en el segundo parte brindado el miércoles por la noche que en ningún momento se refirió a una explosión del submarino:«Hasta que no tengamos una evidencia certera de dónde está el ARA San Juan no podemos concluir con una información contundente».
El vocero de la Armada también dedicó un párrafo aparte para responder los cuestionamientos sobre el correcto mantenimiento de las naves de la Armada: «Ninguna unidad zarpa o decola si no está en condiciones operativas de navegar o volar con seguridad. La antigüedad de las unidades no implica su obsolescencia «, subrayó.
En cuanto al operativo, se detalló que ahora son seis los buques en el área de búsqueda, entre nacionales y extranjeros, que realizan un «barrido de fondo».
«Se cumplió el plan de vuelo de tres aeronaves de Argentina, Brasil y los Estados Unidos. A su vez, hay nueve buques y otras aeronaves en el resto de las áreas para no dejar nada librado al azar», abundó.
Las condiciones meteorológicas en la zona de los operativos ayudaron para «hacer un patrullaje marino y aéreo más efectivo» durante la jornada de ayer, agregó Balbi.
Búsqueda en la profundidad
A partir de la confirmación de la «explosión», en las próximas horas será clave la búsqueda en el fondo del mar. Para ello, el buque remolcador Skandi Patagonia partió ayer con drones submarinos que pueden patrullar hasta 1200 metros de profundidad. También llevó a la zona de rastrillaje, entre otros elementos, una campana acuática que llega a sumergirse hasta 250 metros.
La embarcación llego a la zona de rastrillaje, el área del Golfo San Jorge, y esta tecnología ya está en uso, confirmó a Infobae personal a cargo del operativo de rescate que opera en el puerto de Comodoro Rivadavia.
Además, durante la última hora del jueves zarpó el buque Puerto Argentino hacia la zona de rastillaje, también con elementos para eventuales tareas de rescate.
Con el objetivo centrado en la búsqueda en la profundidad del mar, ayer también se trabajó a contrarreloj en el Sophie Siem para retirar el chapón de la popa e instalar el mini submarino que trajo a la Argentina la Armada de los Estados Unidos.
Este mini submarino, que todavía no se utilizó en una operación de rescate, tiene la capacidad de ser operado de manera remota, se sumerge a 650 metros con dos médicos para las tareas de rescate en el lugar , además de albergar hasta 16 personas con una campana de salvamento que puede operar. Este refuerzo llegará a la zona de búsqueda «en un día y medio o dos», aclararon ayer en Comodoro Rivadavia durante una rueda de prensa.
Resignación y enojo
La confirmación de la «explosión» en el fondo del mar generó una mezcla de resignación y bronca entre los familiares que permanecen en la Base Naval de Mar del Plata. Claudio Rodríguez, hermano del jefe de máquinas del ARA San Juan, Hernán Rodríguez, no disimuló su pesimismo: «Todavía no encontraron los cuerpos, pero la deducción es lógica. No les dio tiempo a nada», sentenció.
«Todavía no los encuentran; cuando lo hagan y cuando los saquen, si es que los pueden sacar, yo como familiar, y esto se lo dije al Almirante anoche, si ha sido culpa de ellos, esperemos que paguen todos los jefes», lanzó el hermano del jefe de máquinas del San Juan a horas de recibir la noticia y apuntando directamente a la posible responsabilidad de la Armada en el incidente.
Fuente: Infobae.com
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