Cuando cocinamos solemos aportar a los alimentos más calorías de las que nuestro cuerpo necesita. ¿Qué cuidados podemos tener?
Al cocinar, manipulamos los alimentos para hacerlos más agradables al paladar. En la gran mayoría de los casos, este proceso conduce a que les aportemos más calorías de las que necesitamos: mientras más cosas les agregamos, mayor cantidad de calorías vamos sumando. Es por eso que solemos cometer errores, como en estos cinco ejemplos:
* Papa. Si tomamos una papa y la hervimos para comer, en el organismo ingresan alrededor de 80 calorías. En cambio, si a la papa la cocinamos con aceite provocamos que a nuestro cuerpo ingresen 162 calorías. Es decir, ¡más del doble!
* Leche. Si tomamos leche incorporamos 44 calorías. Si la procesamos para obtener yogurt entero (producto más concentrado) le damos al organismo 98 calorías. Si consumimos quesos (derivado de la leche procesado y estacionado que no produce la naturaleza), como puede ser el tipo Port Salut, le damos al organismo 313 calorías. Si en cambio es el de rallar parmesano (más estacionado y procesado), consumimos 475.
* Pastas. Si comemos fideos hervidos solo con sal y con salsa fileto (tomate, cebollita de verdeo y laurel) incorporamos 115 calorías. Pero si elegimos ravioles nos vamos a 145 y los capeletis hervidos suman 190.
* Carne. Un bife de lomo a la plancha aporta 119 calorías. Una milanesa de ternera frita suma 310 calorías.
* Trigo. Si procesamos trigo, le agregamos un poco de sal y leudamos la masa, obtenemos pan integral que aporta 245 calorías. Si sacamos el salvado y hacemos pan francés, aportamos unas 269 calorías. Si a la harina de trigo la mezclamos con manteca y azúcar y hacemos medialunas para el café, aportamos 332 calorías. Si a esa harina le agregamos manteca y otros componentes para hacer galletitas agregamos 437. Si a su vez le colocamos más ingredientes como leche, huevo y manteca, entre otros, y hacemos “magdalenas” consumimos 455.
Importante: todas las calorías están expresadas cada 100 gramos de producto y cada 100 cc. en el caso de la leche.
Tips para el momento de cocinar
Debemos ser cuidadosos al preparar o consumir alimentos muy procesados, ya que en su elaboración se le agregan más componentes y, por consecuencia, más calorías. Por tal razón, se recomienda:
– Consumir alimentos que sean hervidos, al horno o a la plancha.
– Comer los alimentos con el mínimo procesamiento posible.
– Evitar los procesados fritos porque disparan las calorías. Por ejemplo, una empanada al horno aporta 280, pero una frita suma 400. Un huevo duro aporta 62; uno frito, 220.
– Todo alimento que otorgue más de 200 calorías cada 100 gramos debe ser consumido con cuidado.
– Evitar las salsas a base de crema de leche o de aceite o de manteca. Cada 100 gramos, la manteca aporta 760 calorías, la crema de leche 400 y el aceite 900.
– Tener cuidado con los aderezos.
Tenemos que mantener una alimentación más acorde a nuestra genética, que está igual que en los últimos 10 mil años. Desde el punto de vista genético somos cazadores y recolectores, y durante miles de años la alimentación del ser humano se basaba en frutas, semillas, huevos y carne magra. Lo que sugerimos es que, recordando nuestra genética, tratemos de comer los alimentos con el mínimo procesamiento posible.
Por el doctor Rubén Salcedo, director médico de Sanatorio Diquecito.
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