Se trata de profesionales que estudian los efectos de la aplicación de agroquímicos en Santa Fe. Plantean alternativas sustentables de producción. Promueven una legislación que proteja el medio ambiente.
Integrantes de la ONG “Centro de Protección de la Naturaleza” (Cepronat), con domicilio en Santa Fe, disertaron el miércoles pasado en el salón de actos del Instituto Kénnedy sobre prácticas agrícolas, fumigaciones y medio ambiente.
La charla en la que estuvieron presentes docentes y alumnos permitió conocer otra visión relacionada a la aplicación de agroquímicos, que es una realidad que preocupa.
En principio el Ing. Agr. Carlos Manessi sostuvo que es una tarea que lentamente va creciendo. Han logrado ser escuchados por legisladores y dirigentes, algo imposible de conseguir hace 7 años cuando comenzaron a trabajar. En Santa Fe está en la agenda de mucha gente el tema, en la multisectorial “Paren de fumigar” hay entidades que se suman como gremios, ONG y movimientos campesinos. Cada tres meses alrededor de 80 pueblos se reúnen en el marco de esta convocatoria para luchar por la eliminación de este tipo de prácticas y en la última estuvieron legisladores y presidentes de comunas y concejales que promueven ordenanzas en beneficio del medio ambiente.
Actualmente el proyecto de ley de autoría de la ONG que propone parar de fumigar, ha logrado un dictamen por mayoría de la comisión en la legislatura de Santa Fe. Aunque reconoció que en forma permanente hacen presentaciones en el área administrativa y judicial en reclamo de temas relacionado para mejorar el medio ambiente, muchas veces con éxito limitado. Según el profesional, han logrado un fallo importante de la justicia santafesina en la jurisdicción de San Jorge, ante un amparo presentado por una familia para que se fumigue a 800 metros del lugar donde viven. Esto tuvo un dictamen favorable del juez que está plenamente vigente. “Es un paso muy importante”
También Dra Analía Zamorano, docente de la UNR, explicó que hace tres años comenzaron a realizar campamentos sanitarios donde encontraron un cambio en los perfiles de morbilidad (**) mortalidad de esas comunidades. “Se trata de las patologías que producen enfermedades y decesos en esa población, las causas de muerte en lugar de ser afecciones cardiovasculares como indica la media nacional, ha pasado a ser el cáncer. Esto hace 15 años atrás no ocurría”. Se trata de zonas donde se produjo un cambio del modelo productivo y se hizo habitual la utilización de agrotóxicos.
En cuanto a las patologías más comunes que producen estos productos, la profesional comentó que hay dos tipo de exposiciones, por un lado las agudas, generando broncoespasmo (ante la aspiración de productos de la fumigación), trastornos neurológicos (ataxia (•), y cardíacos alterando el ritmo del corazón. En el largo plazo, la consecuencia más común es el cáncer, algunos tipos se ha demostrado que tienen una relación directa con esos productos como leucemias y algunos linfomas. Todos los agrotóxicos implican el riesgo de generar disturbios en el metabolismo de la tiroides. El hipotiroidismo era una enfermedad de mujeres a cierta edad, ahora se equilibra con la aparición en hombres y en ambos a cualquier edad. Hemos estudiado 17 comunidades en pueblos de Santa Fe y es la segunda enfermedad el hipotiroidismo”.
Legislación y conciencia
Por su parte la abogada Victoria Dunda (Red de Abogados Pueblos Fumigados), sostuvo que más que una legislación acorde para reglamentar, es importante la toma de conciencia por parte de la sociedad, que es importante hacer referencia al tipo de sustancia que se utilizan. “Son órganos clorados o fosforados (fertilizantes, herbicidas e insecticidas), cuya composición química está comprobado que representa riesgos para el ambiente y la salud”, sostuvo. En el transcurso de tiempo pueden generar cáncer o malformaciones. “Al esparcirlo en el ambiente a través de fumigaciones el problema se incrementa”. Agregó que la sociedad y el poder político deben conocer los riesgos que se están corriendo y las medidas que hay que tomar al respecto.
Para la profesional, “las legislaciones se demoran por intereses que se contraponen”.
Si bien los disertantes son de Santa Fe, esta provincia también pertenece a la zona agropecuaria y Dunda manifestó que están bien enterados de lo que pasa “de este lado del río”, donde los problemas son similares.
El derecho debe apuntar a tutelar para bien todo lo referido a las relaciones sociales, o equilibrarlas cuando se producen desequilibrios, las leyes deben actuar en beneficio para el futuro. “Actualmente se discute en la legislatura entrerriana una norma que propone disminuir la distancia para fumigaciones aéreas de 3.000 a 200 metros, se está aprobando una norma para peor, no para mejorar. Esto desproteje. Además es inconstitucional”, se indigna Dunda.
Prohibido fumigar
Por su parte Manessi sostuvo que “el modelo de soja se ha impuesto en América del Sur; dentro de la distribución mundial del comercio fuimos nominados como productores de la oleginosa. En Europa está prohibido sembrar esta oleaginosa y también las fumigaciones aéreas que, desde el 2009 hay una recomendación del Mercado Común para que no se aplique por avión ningún producto”. “Esto que ocurre acá es gravísimo”, insistió, y agregó que con estas prácticas el que dice que puede controlar la deriva o expansión de las moléculas de productos está faltando a la verdad. Hay ejemplos de que en la Antártida se encontraron moléculas de endosulfán (insecticida, acaricida de uso agrícola) y en esos lugares obviamente no se siembra.
También Dunda agregó que la manipulación hace que la semilla resista a esos productos que atacan desde hierbas no específicas, gérmenes u otros factores, pero no a la semilla modificada.”Nosotros no estamos preparados para resistir”, enfatizó. Nuestro país era el primer productor mundial de miel y esa actividad ha disminuido como consecuencia de estas prácticas agrícolas.
Los productores sostienen que parar o modificar este sistema les representa un retroceso a nivel de rindes. Ante la consulta, ¿Qué les contestan ante esta realidad?, Dunda aseguró que hay otras alternativas de producción que son sustentables en tiempo y en dinero. Los productores –según la profesional- conocen todas las facetas que tiene el modelo, los costos en suelo (que se degrada) fertilizantes, agua y nutrientes, no se pueden suplantar con químicos. “Si dejamos que el ecosistema se recicle vamos a ganar mucho, esto demuestra que son amigables con el ambiente”. Uno de ellos es la agroecología, en el proyecto que presentaron en la vecina provincia proponen que en las zonas de resguardo de 800 metros donde hay población y 1000 metros para escuelas, se hagan producciones ecológicas. “Esto genera producción más sana y pueblos sanos”. Las fumigaciones se harían en principio por fuera de estos espacios.
(•) Ataxia: un signo clínico que se caracteriza por provocar la descoordinación en el movimiento de las partes del cuerpo de cualquier animal, o el hombre. Puede afectar a los dedos y manos, a los brazos y piernas, al cuerpo, al habla, a los movimientos oculares, al mecanismo de deglución, entre otros.
(**) Morbilidad: proporción de personas que enferman en un sitio y tiempo determinado.
Informes reveladores
El Informe Summer sostiene textualmente que “deben derivarse las producciones de industria sucias a América latina, porque los habitantes de esas poblaciones mueren antes que aparezcan las causas que representan los riesgos de la contaminación ambiental”, explicó la Dra Zamorano, y agregó que se trata de Lawrence Henry Summers, que fue Secretario del Tesoro de Estados Unidos (1999-2001) durante la gestión de Clinton. En los años posteriores a los mencionados, siguiendo esta información notaron un aumento de determinadas inversiones.
Por su parte Dunda sostuvo que “no hay salud sin medio ambiente sano”, si contaminamos suelo, ambiente o agua, seguro se atenta contra la buena salud.
También Manessi señaló que en la pampa húmeda se tiran 400 millones de litros de agroquímicos por año por campaña agrícola, en una zona donde viven 12 millones de personas.
El Instituto Nacional del Cancer, en el 2008 difundió la media nacional de incidencia de tumores malignos, que se ubicaba en 206 casos cada 100 mil habitantes. Según lo que observan en los campamentos sanitarios de las zonas eminentemente agrícolas, estos índices ascienden a 700/100 mil en María Susana, en María Teresa 400/100 mil (pueblos de Santa Fe), todos exceden en el doble la media nacional. Lamentó la Dra Zamorano que sea tan difícil acceder a este tipo de información en nuestro país.
Tampoco se registran las malformaciones y los abortos.
Fuente: Paralelo 32
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