Europa renovó el uso del glifosato por otros cinco años

Los países miembros de la Unión Europea (UE) acordaron en Bruselas aprobar por otros cinco años la licencia para el uso del glifosato. La propuesta fue apoyada por 18 países, mientras que 9 se mostraron en contra y uno se abstuvo.

El acuerdo se dio tras un cambio de la posición de Alemania. Fueron 18 los países que votaron a favor de la propuesta del ejecutivo europeo, superando el 65% de la población del bloque necesaria para que la propuesta pudiera prosperar. Nueve países votaron en contra y uno se abstuvo, lo que permitió alcanzar la mayoría que no se obtuvo en una primera votación a principios de este mes.

Alemania, que en la anterior votación se abstuvo, votó esta vez a favor tras haber pedido cambios en el texto, en particular para limitar su uso privado y sobre el respeto de la biodiversidad, según una fuente cercana a las negociaciones. El cambio de la posición de Alemania, un peso pesado político y demográfico dentro de la UE, influyó en el voto a favor de la renovación.

En un primer momento, la Comisión Europea pidió una ampliación de la licencia durante diez años, que después rebajó a siete y luego a cinco años. En octubre, el Parlamento Europeo se había mostrado a favor de restringir el uso del glifosato y de prohibirlo gradualmente de aquí a 2022.

«El voto de hoy muestra que cuando queremos somos capaces de compartir y aceptar nuestra responsabilidad colectiva en la toma de decisiones», afirmó el comisario europeo de Salud y Seguridad Alimentaria, Vytenis Andriukaitis. La Comisión Europea tendrá ahora que confirmar la decisión antes de que expire la autorización de uso del herbicida, el 15 de diciembre.

El glifosato es la sustancia más utilizada en el mundo para eliminar la vegetación no deseada en los cultivos agrícolas. Las plantas absorben el glifosato a través de sus hojas y otras partes verdes y la sustancia interfiere con la producción enzimática de ciertos aminoácidos esenciales para el crecimiento de la planta.

Fue comercializado por primera vez por la empresa estadounidense Monsanto con el nombre de Roundup en la década de 1970. La patente caducó en 2000, por lo que hoy numerosas compañías producen el herbicida, muchas veces combinado con otras sustancias.

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