La historia empezó 11 de junio de 2009. Ese día el gobernador Sergio Urribarri presentó formalmente ante al titular de la Dirección Nacional de Vialidad, Nelson Pierotti, el proyecto de transformación del Acceso Norte a Paraná en doble vía, en el tramo que va desde Avenida Circunvalación hasta la ruta nacional 12.
“Dije en más de una oportunidad que el plan de infraestructura está en pleno desarrollo en Paraná. El nuevo anillo circunvalar desde Oro Verde hasta la Virgen y desde allí con doble vía hasta Circunvalación. Esto es clave para darle un nuevo perfil a Paraná y le da sentido a la idea de la conexión Paraná al sur con Santo Tomé”, dijo Urribarri ese día.
La obra, adjudicada a la empresa Luis Losi con un presupuesto de 140 millones de pesos, se ejecutó en dos tramos. El primero, de 4,4 kilómetros, se habilitó en mayo de 2012; el segundo tramo, desde calle Gobernador Maya hasta la ruta nacional 12, con una extensión de 6,1 kilómetros, nunca se terminó, y lleva casi un año paralizado.
El diagnóstico que había hecho el propio gobernador en agosto de 2010, cuando se licitó la obra, fue lapidario: “Sabemos que el Acceso Norte ya está colapsado y su paquete estructural se veía superado por la intensidad del tránsito, ya que en algunas ocasiones circulan cerca de 12 mil vehículos diarios”.
Bueno, el pez siempre por la boca muere: la doble vía en el Acceso Norte a Paraná es, todavía hoy, una cuenta pendiente: hace casi un año la empresa Luis Losi retiró a todos sus obreros y prácticamente levantó el obrador que había montado cerca de Colonia Avellaneda, y la doble vía quedó en la nada. El tramo que va desde calle Maya hasta la ruta 12 fue abandonado.
Casi no hay señalización, todo está demasiado precario, y los tachos naranja que la empresa Losi había dejado a modo de alerta para los automovilistas, están destruidos, volcados a un costado de la ruta.
Antes de encararse los trabajos que quedaron a medias, Vialidad había hecho un censo y había determinado que el tránsito por el Acceso Norte es de 8.619 vehículos diarios.
“Este volumen vehicular supera largamente la provisiones del proyecto, que fue licitado, contratado e iniciado en el año 1987. El volumen de tránsito y su ritmo de crecimiento hace insuficiente en cualquier hipótesis la utilización de una calzada única. Ello se agrava en el Acceso Norte en virtud de su topografía con fuertes pendientes, en las que se superponen dos condiciones desfavorables: largos trayectos con prohibición de sobre paso lo cual hace más lento el tránsito pesado, con la siguiente conformación de largas caravanas de vehículos”.
Ese diagnóstico, de 2009, sigue vigente
La doble vía quedó en vía muerta: se comenzó a pavimentar un tramo, y se abandonó; se comenzó a ejecutar un puente sobre el arroyo Las Tunas, y quedó en veremos, y las frecuentes lluvias están arrastrando el relleno que se hizo para la nueva traza.
Así, los anuncios con ínfulas de perpetuidad quedaron en esto, lo que se ve: abandono. (Entre Ríos Ahora)
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