“Quiero que nadie más se ahogue”, dijo la dueña del Salto Ander Egg

Marta Ander Egg reiteró que es un predio privado que por su peligrosidad está clausurado desde 2007. Explicó por qué no lo quiere vender y reconoció que le gustaría darle un destino turístico.

El Salto Ander Egg se sitúa en plena zona rural, en el departamento Diamante y las ciudades más cercanas son Libertador San Martín, General Ramírez y Crespo. La única señal que indica que se ha llegado a destino es una rústica tranquera, la cual da inicio a un camino en el campo que se extiende por casi dos kilómetros hasta chocar con su ingreso.

En el lugar hay una «olla» y una cascada, rodeadas por una concatenación de piletones de piedra naturales. Los últimos están formados por el cauce del arroyo La Ensenada, como parte de su recorrido que desemboca en el río Paraná. En general, el agua suele ser transparente y, debido a las rocas existentes, es un lugar elegido, especialmente por los jóvenes, para estar al sol, refrescarse y estar alejado de cualquier control. Sumado a esto, cuenta con un bosque de diversas especies que se encuentra a unos metros, donde algunos hasta aprovechan para acampar o dejar su marca.

Sin embargo, lo que pocos saben o quienes sí conocen pero prefieren hacerse los desentendidos, es que se trata de un predio privado y debido a los accidentes que ocurrieron en el lugar, el ingreso está prohibido desde hace más de 10 años.

La actual propietaria es Marta Ander Egg, que una vez más reiteró que “el Salto está clausurado oficialmente desde el año 2007, pero mucha gente entra igual porque no hay posibilidad física de limitarlo. Deben saber que está dentro de un predio privado, por lo tanto, no es un espacio público”, remarcó en declaraciones al programa Día a Día de Canal 7 de Gigared Paraná.

Ander Egg reconoció que le preocupa especialmente este verano, porque producto de la pandemia y las medidas restrictivas que había para desplazarse más lejos, “he visto que ya está entrando mucha gente de Paraná, Diamante, Libertador San Martín, Crespo y Ramírez”, enumeró.

Sin embargo, lo que pocos saben o quienes sí conocen pero prefieren hacerse los desentendidos, es que se trata de un predio privado y debido a los accidentes que ocurrieron en el lugar, el ingreso está prohibido desde hace más de 10 años.

Por qué pide que la gente no ingrese

Marta aseguró que su insistencia cada año por escrito y ahora por primera vez en televisión no es ningún capricho. “Si bien es un lugar pintoresco, no hay ningún servicio, ni seguridad. Se trata de un sitio peligroso, una cascada y una olla que tiene más de 20 metros de profundidad. Quiero que nadie más se ahogue”, pidió.

En lugar, además de ser un atractivo natural enclavado en el medio del campo, a lo largo de los años ha sido noticia por diversos accidentes. Desde un tractor Pampa que se cayó y está en una letra de una canción de Los Nuevos Waigandt hasta jóvenes que se ahogaron en la famosa “olla”. El último hecho de estas características ocurrió en el año 2017.

Por qué no le da otro destino

Ander Egg reconoció que le gustaría darle un destino turístico “me encantaría que mucha gente pueda volver en familia a disfrutar del lugar,  como en algún momento sucedía, porque había cierta seguridad, pero ahora esto es imposible”.

Además, contó que está clausurado porque “no he podido encontrar a alguien que haga un proyecto responsable y con continuidad en el tiempo. He tocado las puertas de la Secretaría de Turismo de la Provincia, pero no tuve eco y acá sigo esperando”.

Al ser consultada por el conductor del ciclo, Gonzalo Schmidt, sobre por qué no vende el lugar, que aparte del balneario posee unas 20 hectáreas de tierra medianamente productiva –debido a las características rocosas del suelo- sostuvo: “En general todos me aconsejan venderlo y desentenderme pero yo pienso si mis bisabuelos a principios del Siglo XX tuvieron el coraje de armar una industria ahí, cómo yo con tantos medios que hay en la actualidad lo voy a rematar y listo. Creo que, si ellos lo hicieron, en algún momento podré hacer algo, sino veremos, pero por ahora no lo quiero vender”.

Sentirse una extraña en su propiedad

Marta Ander Egg actualmente vive en provincia de Buenos Aires, es decir a más de 400 kilómetros del lugar, al que visita cada dos o tres meses. “En un principio tenía una casa ahí, pero progresivamente han ido robando todo y tampoco pude ponerle llave a la puerta porque directamente destruían la misma. Lo último que robaron es un tinglado de 200 metros cuadrados donde por lo menos cuando llovía la gente se refugiaba. Ahora ni eso quedó y no lo puedo parar porque no vivo cerca”.

Aseguró que cuando visita el balneario “tengo que pagar hotelería en Libertador San Martín y ya no puedo quedarme más a tomar los mates al lado de la cascada. Antes iba con mis amigas a pasear y luego visitábamos otros lugares como Paraná. La pasábamos muy bien”, recordó con cierta melancolía.

Como anécdota contó que “casualmente hace un mes estuve ahí y pregunté a un grupo de gente si habían pagado entrada y me dijeron: ‘No, este lugar es público´”.

Cómo llegó ese lugar a sus manos

Con respecto a la historia de la propiedad, Marta Ander Egg relató que la misma “era de mi bisabuelo, a quién yo no conocí, que se llamaba Ernesto Ander Egg. El vino de Suiza, con Ana Müller, su señora y tuvieron cinco hijos en ese lugar. Puso el primer molino harinero de la zona, del cual desconozco la fecha que desapareció. Luego la propiedad pasó a los cinco hijos, uno de ellos era mi abuelo, que le compró a los hermanos. Luego paso de mi abuelo a mi papá y a una tía que yo tenía en San Juan, que como ella estaba alejada y había otras propiedades, repartieron las propiedades entre mi papá y esa tía, y quedó en la línea de mi papá, por lo tanto, quedó en la línea de nosotros que somos tres hermanos, y finalmente quedó en mi la propiedad, ya que hubo un acuerdo de sucesión”, puntualizó.

De la redacción de Entremediosweb.com

NOTAS RELACIONADAS:

Volcó su auto, lo dejó abandonado para disfrutar del Ander Egg y luego regresó por él

Postulan al Ander Egg como una de las 7 maravillas naturales del país

COMENTÁ LA NOTA