De cara a la segunda mitad del año, y cuando 19 jurisdicciones ya iniciaron el receso escolar, el debate sobre cómo será la promoción y los modos de acreditación de los contenidos, en otro año cruzado por la virtualidad, se impone por calendario.
«No puede haber una solución única para aprendizajes tan diversos y presencialidad tan dispar», plantea Trotta. Y adelanta que, entre otras posibilidades que están analizando los equipos técnicos de Consejo Federal de Educación, está la de la extensión del ciclo lectivo para las y los estudiantes de los últimos años de primaria y secundaria, «como una manera de fortalecer la trayectoria educativa tras la alternancia entre presencialidad y no presencialidad».
«Pensamos en una experiencia como la de Santa Fe, donde quienes terminaban primaria o secundaria cursaron durante el mes de febrero. O de jurisdicciones donde el último año del secundaria se extendió hasta el 30 de abril», ejemplifica el ministro. Y visualiza un panorama diferente para 2022, «cuando, siempre de acuerdo a las condiciones sanitarias, podamos recuperar la presencialidad absoluta, y hayamos avanzado sobre la vacunación ya no solo en docentes, también en estudiantes», dijo a Página 12.
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